Por : Hanssel Gebauer.
Oficina de Prensa y Cultura.
La experiencia que representan las
arrugas a través de los años, se hizo presente durante el desarrollo de la
jornada que permitió a los abuelitos compartir con sus nietos en una actividad
absolutamente especial.
Con un calurosa bienvenida, lo
abuelos de los norteños de transición iniciaron la jornada que terminó
transformada en una gran aventura. Esta inició con una oración y cánticos para
alegrar la mañana.
Sentados con sus nietos, cada abuelo
se dio a la tarea de retroceder el tiempo para jugar con los niños, utilizando
diferentes materiales crearon obras de arte que los mismos infantes dirigieron,
explicando cada paso a seguir.
Un ambiente lleno de amor, donde
sólo se respiraba alegría se convirtió en el espacio ideal para que cada nono
le demostrara a su nieto que son la prolongación de su existir a través de sus
hijos y que siempre pueden contar con ellos.
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