Por: Hanssel Gebauer.
Oficina Prensa y Cultura.
El grupo de docentes del preescolar norteño en su empeño de brindar una formación integral a los pequeños, desarrolló una actividad lúdica recreativa que estimula la motricidad de los educandos.
La actividad fue desarrollada en tres momentos simultáneos, los cuales permitían a los pequeños experimentar con diferentes texturas que desarrollan habilidades en los niños.
Una piscina con gelatina, una con agua y otra con pelotas plásticas fueron empleadas para estimular la motricidad infantil de los participantes, aprendiendo diferencias entre su cuerpo y el mundo exterior con cada sensación experimentada.
Este tipo de actividades permiten a los niños acceder a la representación mental, a la progresiva internalización del mundo externo, comprendiendo el cuerpo humano como un medio de comunicación.
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